jueves, 27 de septiembre de 2012


EL CARRO DE LA LEJÍA. 27 de septiembre 2012

Al Sr. Rajoy, presidente del Gobierno (¿) se le ve mas el plumero que la pluma. Ha dicho la gran frase, que refleja su gran pensamiento, de “reconocimiento a la mayoría de españoles que no se manifiestan”. Es, en definitiva, lo que él quiere: un país de mansos para llevarlos al matadero de los recortes, la humillación del paro, la sanidad encogida y la cultura maltratada. Todo para justificar la acción de la policía el día 25, sobre la que cada hora que pasa recaen más sospechas y más sospechosos. Y esta falta de respeto a los españoles la perpetra en Estado Unidos de América, que también tiene mucho que ocultar pero lo oculta por vergüenza. Y en España la aplauden los representantes de la paz pública, ¡qué valor después de las imágenes que se han visto!  El gobierno, acorralado por sus mentiras, ataca a la desesperada.  Es cierto que el asalto al Congreso –que sólo lo fue en la imaginación de los miembros del Gobierno (¿)- no es la fórmula para que el país camine en paz, pero el pueblo no ha hecho más que reaccionar ante la frustración, ante unas promesas electorales totalmente engañosas y fraudulentas. La prueba de la razón y las razones del pueblo es que las manifestaciones no van a terminar aquí; la congelación del sueldo de los funcionarios, entre otras medidas, nos va a poner a todos en ascuas; lo veremos pronto.

miércoles, 26 de septiembre de 2012


EL CARRO DE LA LEJÍA. 26 de septiembre 2012

Fue primero el terrorismo económico, luego el terrorismo ideológico, ahora llega el terrorismo social de palo y tente tieso; es la consecuencia natural. Se le empieza por faltar el respeto al individuo en su economía y pierde éste la alegría de vivir; se le atrofia con la imposibilidad de expandirse a través del espíritu y el conocimiento y se le termina amedrentando con el daño en su propia piel. Un ejemplo del día: los bancos, beneficiados por el Estado, que reciben dinero con un interés del 0,7 por ciento, hacen préstamos a estudiantes para pagar sus matrículas hasta de un 22 por cuento. Este Gobierno parece querer españoles acérrimos, embrutecidos, para poderles manipular mejor
En la manifestación de ayer 25 en Madrid intentando rodear el Congreso se han visto imágenes espeluznantes de violencia, especialmente por parte de la policía. El ministro del ramo, el que debería mantener la paz pública, ha dicho que la actuación policial ha sido “excelente”: cabezas sangrando, médula espinal quebrada, cabezas abolladas…; es un resultado excelente… para este Gobierno (¿) que cada día parece más perdido, que resuelve menos y se ampara más en su poder con la única democracia de la diferencia de votos. Quien no tiene razón ni razones ha de servirse de la fuerza; pero la fuerza se puede volver contra quienes la originan. Quitarle al pueblo sus derechos es una vergonzante provocación; lo de la policía pegando porrazos es una mera excusa; no se dejen engañar.

lunes, 24 de septiembre de 2012



EL CARRO DE LA LEJÍA. 24 de septiembre 2012.
Comienza la semana con otro terrorismo de Estado: el ideológico, que se superpone al económico, invadiendo agresivamente el campo educativo. He sido educador desde los años 70 y, creedme, la nuevas disposiciones del sonriente ministro Wert me producen sonrojo; ni entonces la actividad educativo, con todas sus carencias, tenía tanto polvo y polilla como ahora quieren inyectarle. Ahora se amparan en la crisis económica –ese exitoso invento de unas mentes maquiavélicas que quieren el poder universal imponiéndonos el miedo paralizante-.  Esa es la excusa, porque ni el mayor florecimiento económico daría un tan mínimo de cordura y modernidad  a lo que para ese curso académico nos obligan. No conozco a ningún miembro –inteligente- de la comunidad educativo que esté contento, que no esté irritado; es la peor disposición para educar, por supuesto.
Mientras, la oposición está prácticamente muda, o catatónica, ante esta nueva morfina del espíritu, lamiéndose las heridas internas con lenguas mutiladas. Oigo a Rubalcaba hablar de un estado federal: un deseo. A buenas horas, mangas verdes; el Estado federal tuvo que hacerse cuando se creó el Estado de las autonomías, un quiero y no puedo de lo que debió ser el reparto político-económico de España. De haberlo hecho se hubieran evitado muchos ratos amargos en el País Vasco y no estaríamos ahora viviendo las aspiraciones quejosas y mohosas de Cataluña. Por cierto, ¿no les parece Artur Mas un cowboy con gafas del antiguo Oeste? ¿Todavía no se ha enterado esta sociedad que los nacionalismos son un invento burgués contra el pueblo llano? ¿O lo saben demasiado bien?