EL CARRO DE LA LEJÍA. 27 de
septiembre 2012
Al Sr. Rajoy, presidente del
Gobierno (¿) se le ve mas el plumero que la pluma. Ha dicho la gran frase, que refleja
su gran pensamiento, de “reconocimiento a la mayoría de españoles que no se
manifiestan”. Es, en definitiva, lo que él quiere: un país de mansos para llevarlos
al matadero de los recortes, la humillación del paro, la sanidad encogida y la
cultura maltratada. Todo para justificar la acción de la policía el día 25,
sobre la que cada hora que pasa recaen más sospechas y más sospechosos. Y esta
falta de respeto a los españoles la perpetra en Estado Unidos de América, que
también tiene mucho que ocultar pero lo oculta por vergüenza. Y en España la
aplauden los representantes de la paz pública, ¡qué valor después de las imágenes
que se han visto! El gobierno,
acorralado por sus mentiras, ataca a la desesperada. Es cierto que el asalto al Congreso –que sólo lo fue en la imaginación
de los miembros del Gobierno (¿)- no es la fórmula para que el país camine en
paz, pero el pueblo no ha hecho más que reaccionar ante la frustración, ante
unas promesas electorales totalmente engañosas y fraudulentas. La prueba de la
razón y las razones del pueblo es que las manifestaciones no van a terminar aquí;
la congelación del sueldo de los funcionarios, entre otras medidas, nos va a
poner a todos en ascuas; lo veremos pronto.
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