EL CARRO DE LA LEJÍA, 15 de
octubre 2012-10-15
Los
disparates del Gobierno (¿), consecuencia de su arrogancia, me llenan la cabeza
y la mesa de trabajo. Ahora dice
el Presidente absoluto (¿) que el que el PP gane las elecciones en Galicia
beneficiará a España. ¡Dios nos libre!, incluso de un presidente de la Xunta
del que se dice que ha enmascarado las cifras económicas oficiales para
presentar una cara amable al pueblo de votantes. Y se lo habrá dicho, claro, en
ese gallego pobre y detestable que medio habla. Qué ignominioso resulta que el
representante del pueblo gallego no hable con mediana corrección la lengua
gallega de tan acrisolada
historia, y tan buenos productos literarios, que es el patrimonio más común y
más cierto. Pobre Rosalía de Castro, pobre Castelao, pobre Celso Emilio
Ferreiro, y tantos otros de los que nadie se acuerda, incluso para certificar
su nacionalismo.
¿En
qué mundo estamos que se permite la mentira burda con tanto desparpajo? Todos
sabemos que las promesas de los políticos variarán en cuanto se celebren las
elecciones, escaqueadas –las promesas y las actitudes- en un lenguaje retorcido
que esta nueva “tropa” de la derecha se está inventando y que sirve en el pico lacerante
de su gaviota. Tal vez ni a los
propios gallegos beneficie un resultado mayoritario de los actuales caciques
políticos. ¿Para qué quiere más poder, Sr. Rajoy, si el que tiene no sabe
usarlo convenientemente?
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