EL
CARRO DE LA LEJÍA, 17 de octubre de 2012
Propongo que se incluya en las nuevas
materias educativas, en sustitución de alguna que el malabarista ministro de
educación (¿) Wert (¿no quiere usted españolizar su apellido?) hizo desaparecer
por arte de birlibirloque: “El lenguaje peperino”, para conjurar la
desnaturalización del castellano, o del español (según se mire).
Hoy nos sorprenden los responsable de
economía gubernamentales con el “rescate virtual” (Real academia de la Lengua, “virtual”:
3. adj. Fís. Que tiene existencia
aparente y no real). Pero, cómo se puede rescatar una cosa no real?
Cualquier día nos sorprende el Sr. Rajoy con un
nuevo castellano impuesto por decreto.
Estos días el sonriente
ministro Wert nos reboza con “españolizar a los estudiantes catalanes”. Yo
pensaba que, al menos hasta hoy, Cataluña estaba en territorio español. ¿Cómo
se puede españolizar lo español? Menudo silogismo, o verdad de Perogrullo.
Al jefe de cierto nacionalismo
gallego, Sr. Núñez Feijóo, sí haría falta castellanizarlo para que hablara
español, aunque ya casi lo habla cuando intenta hablar en gallego. La ministra
Santamaría habla con almíbar, acumulando sinónimos, unos junto a otros, síntoma
de que no está muy convencida de lo que dice. Y no porque sea de Valladolid
pretende hablar tan puramente, tal vez para no desmentir esa leyenda de que el
español de Valladolid es el mejor de España; desciendo de vallisoletanos, pero
mi formación filológica me obliga a decir la verdad. Lo del español de
Valladolid es tan verdad como las verdades del PP.
¿A quién encomendar la nueva asignatura, “El lenguaje peperino”? Creo que
la señora Merkel será la mejor profesora; al menos ya tiene garantizada la
asistencia a sus aulas.
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