EL CARRO DE LA LEJÍA. 4 de diciembre 2012
San Ignacio Wert,
wertiginoso cangrejo en su marcha mesiánica hacia el pasado, ha querido clavar
el estoque a la educación libre: no más compromiso con la ciudadanía, más y más
acuerdos con los colegios concertados, con la separación de sexos, con la
religión (apostólica y romana). Tendrá que proponer que las niñas vayan con
falda larga y, a ser posible, babero, velo integrista, ropones amplios y
cinturones de castidad. A su lado, para darle visos de documento científico, deberían
poner como consejero al cardenal Antonio Cañizares,
arzobispo de Toledo, desde el jueves pasado académico de honor de la Real
Academia de Medicina y Cirugía de Andalucía Oriental, con sede en Granada, en
nombre de su majestad el rey. Tiene enormes méritos científicos, en palabras de
quien contestó a su discurso, el catedrático de Microbiología y académico,
Gonzalo Piedrola, que destacó sus méritos eclesiásticos, sus gestiones para
conseguir la devolución de los Libros Plúmbeos a la Abadía del Sacromonte, sus
obras asistenciales, su afición por la festividad de San Lucas (¿habrá baile
agarrao?), patrón de Medicina, su “defensa de la vida” y de la
“protección de la vida embrionaria”. Esto es ciencia, investigación, y ahí
tiene que estar la ciencia según estos incansables, incultos y chapuceros del
gobierno, ahí estará después de las sucesivas planchas conservacionistas del wertiginoso
cangrejo blanco, ahuyentador de nuestros científicos jóvenes y del entusiasmo
de la mayoría de educadores españoles.
La educación va en picado, como la mayoría de
las cosas; con estas normas se pretende el acceso de los jóvenes al
profesorado, también para parar el paro. ¡Qué divertida esta promoción! Primero
se echa del trabajo educativo a muchísimos profesionales; luego, conseguido el
campo raso, se desea que los jóvenes accedan a ese campo minado. Y el wertiginoso
ministro ayuda: las lenguas originales para atrás; el que quiera educación del
castellano en los lugares que no es oficial que pague profesores particulares,
o que los paguen las autonomías. Esta es la manera, sí señor, de crear
igualdades sociales, de no crear agravios comparativos; claro que todo está
dicho con esa sonrisita coneja del ministro wertiginoso tan “sincera”, bien
opuesta a del señor ministro del interior, según todos los comentarios afín al
opus dei, al que se le ha visto en un acto religiosos de una “iglesia” no
autorizada por Roma. ¿Qué se puede esperar de quienes son infieles a sí mismos?
La alcaldesa de Madrid sí es fiel (a la falta
de compromiso social); sigue firme en su puesto salvaguardando la “seguridad”
de los madrileños. En el caso Madrid Arena los unos se echan culpas a los otros
y aquí no ha pasado nada. La Omisión (no Comisión) de investigación, una burla.
Lo de las cinco muchachas muertas es una pura invención, créanlo.
Yo me levanto por la mañana, veo el panorama
nacional y pienso no escribir más esta página; creo que no hay lejía para
limpiar tanta morralla. Pero eso sería hacer lo que ellos quieren: no tener
bocas disidentes; que todos seamos RNE o TVE. Pues no, yo sigo, con menor poder
adquisitivo, con la pena por el número de parados en aumento, por las
sonrisitas de los ministros en sus comparecencias públicas, por la sanidad, por
la escuela pública, por los jóvenes disidentes emigrantes, por la actuación
brutal de la policía azuzada por el ministro del ramo, tan buenacito él cuando
asiste a misa, por tantas y tantas cosas que nos duelen y en las que este
gobierno nos engaña cada día…
Les dejo con una “reflexión” del portavoz del
gobierno, Sr. Alonso, hoy mismo: “Las personas discapacitadas siempre tienen
alguna capacidad jurídica”. ¡Qué generosidad!; ¡cuánto se aprende con estos
chicos tan aseados!
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